384
Bosque de coníferas al sur de la isla Nefesh
23 de octubre de 2008
Christian forcejeaba con el infectado; le había agarrado las dos muñecas y ahora su mayor preocupación era la de evitar que acercase más de la cuenta la boca a cualquier parte de su cuerpo. Pese a que él estaba agotado por la carrera y por llevar a la chica a cuestas, no le estaba resultando demasiado difícil. El infectado parecía mucho más fuerte que él; le sacaba una cabeza y pesaba al menos veinte kilos más. Por fortuna para el chico, aún estaba recuperándose de la explosión que le había quemado medio cuerpo, y estaba bastante debilitado; Christian no dudó ni un instante en hacer uso de la pequeña ventaja que se le ofrecía. Se encontraba tan concentrado en la pelea, de la que visto lo visto sólo saldría uno con vida, que ni siquiera oyó los gritos lastimeros de Maya pidiendo ayuda.
En uno de los amagos del infectado por hincarle los dientes en el antebrazo, Christian se vio obligado a soltarle una de las manos, para agarrarle la frente y evitar de ese modo la fatal mordedura. Lo consiguió. No obstante, el infectado, ahora con una de las manos libres, no dudó en agarrarle de la camiseta y tirar de él. Christian trató de zafarse de su abrazo dando un salto hacia atrás, pero lo único que consiguió fue romperse la camiseta, que se rajó desde el cuello hasta la mitad del pecho. Eso, y perder definitivamente el equilibrio. Cayó al suelo, y el infectado no tardó ni un instante en tirársele encima.
Siguieron forcejeando en el suelo durante cerca de un minuto. Christian luchaba por mantener siempre la infecta boca de su atacante lejos de la piel, pero cada vez estaba más y más cansado, a diferencia de su contrincante. Rodó hacia un lado, agarrando al infectado de la poca ropa que le quedaba, y se quedó a horcajadas sobre él. Le plantó una de las manos en mitad de la cara, notando la tibia saliva en la palma de la mano, y miró a lado y lado, tratando de encontrar algo con lo que defenderse. Había pensado en una piedra, con la que golpearle, pero lo único que vio fue la rama seca de un árbol. Parecía más bien una estaca, y daba la impresión que alguien se hubiera encargado de ponerla ahí sólo para sus ojos.
Christian agarró la rama, y recordó uno de los buenos consejos de Morgan. El policía le había contado, en una de aquellas interminables noches en vela en su peregrinaje hacia Iyam, que si bien los infectados no eran inmortales, como bien podían aparentar, pues eran mucho más fuertes que cualquier ser humano común, parecían no cansarse nunca, y no eran capaces de sentir dolor, sí tenían puntos débiles. Le había explicado que la manera más efectiva de acabar con ellos era con un disparo al corazón o a la cabeza, dañando el cerebro. Él no tenía una pistola, pero esa información no dejaba de serle útil.
No tardó mucho en actuar, pues tampoco tenía mucho tiempo; el infectado no paraba de agitarse, entre gritos. El corazón no era una alternativa, pues estaba protegido por la caja torácica, pero el cerebro parecía estar más desprotegido. Podía utilizar su improvisada arma para matar a su oponente clavándosela por debajo de la mandíbula, y tratando de hacerla penetrar hasta la zona más blanda. Esa no parecía una opción, pues el ángulo, dadas las circunstancias, era imposible. Le miró a los ojos, sus macabros y penetrantes ojos rojos, inyectados en sangre, que parecían incompatibles con la visión, y enseguida lo tuvo claro. Colocó la punta de la estaca en su ojo derecho y, ayudándose de las dos manos lo clavó tan adentro como pudo.
Un grito ahogado, acompañado de un pequeño chorro de sangre que le manchó la mejilla, fue el encargado de oficializar la segunda muerte, la muerte verdadera, de ese pobre diablo.
Christian no se lo podía creer. Había resultado demasiado sencillo. Hincó un centímetro más la rama en la cuenca del ojo del muerto, que estaba completamente inmóvil debajo de él, para asegurarse que no se trataba de una ilusión. Se convenció de lo contrario a medida que veía brotar del agujero ese espeso líquido carmesí. Tragó saliva, refrenando sus impulsos de gritar de alegría, y se levantó lentamente, tratando de no pisarle, sintiendo de repente un asco increíble por haber notado el tacto de su piel contra la de él. Fue entonces cuando abandonó su propio mundo, y escuchó los gritos de Maya.
Se giró rápidamente, y vio a la chicha peleándose con una niña. En un primer momento pensó que sus ojos le estaban gastando una broma, pero entonces escuchó, por primera vez, el enésimo grito de auxilio de su amiga. Corrió para ayudarla.
Ya había matado a un infectado, y visto lo visto, éste otro, disfrazado de niña de ocho años, le resultaría mucho más sencillo. Corrió hacia ellas, ofreciéndole insultos en voz alta a la niña, tratando de intimidarla. La pequeña infectada apartó su atención por primera vez de Maya, y clavó sus ojos rojos en el chico, que se acercaba al galope, e hizo algo que Christian jamás hubiera previsto; huyó.
Maya había resultado una presa demasiado fácil, y no se lo había pensado dos veces antes de atacar, pero Christian parecía bastante capaz de plantarle cara. No es que la niña hubiese visto el cadáver de su compañero, y hubiese pensado que su destino podría ser el mismo, pues su capacidad intelectual no estaba a tal altura, pero se sintió vulnerable y huyó, con la boca manchada de sangre.
Christian llegó hasta donde yacía su compañera boca arriba en el suelo. La observó durante un instante, para mirar de nuevo hacia la niña, que se perdía en el bosque, gritando incongruencias a medida que se alejaba. Durante un instante sintió la necesidad de perseguirla y darle muerte, pero luego se dio cuenta que no era una buena idea, porque de ese modo dejaría sola a Maya, a merced de cualquier otro infectado que pudiera rondar los alrededores. Si había dos, bien podría haber más, y de haberlos, cerca, con toda seguridad ya estarían dirigiéndose hacia ahí, con todo el jaleo que habían armado.
Estaba increíblemente nervioso, excitado y eufórico por haber podido salir de esa sin un rasguño. Desde el primer momento se había convencido que no lo conseguiría, pero ahora que todo parecía haber acabado, no cabía en sí de gozo. Se disponía a compartir su alegría con Maya, que no paraba de llorar, cuando lo vio.
La chica lucía un feo mordisco, el mordisco de una mandíbula especialmente pequeña, en la parte interior del muslo derecho. No paraba de sangrar. Christian notó cómo se mareaba, cómo el mundo se le venía encima. No cabía duda alguna, y ya no había manera de enmendarlo; Maya estaba infectada.
Por poco lloro =(
Por una parte lo veo bien… era/es una carga para todos =(
Pero acabar igual que todos los de su familia…que putada…se me hizo pequeño el corazón
Saludos!!! ^^
La clave reside en los detalles. Nada argumentalmente relevante en esta novela es gratuito. ¡Un saludo!
David.
Noooo!
Jo, me la matas a Maya ú.u
[SPOILER CENSURADO]
Interesante teoría xD
Eso mismo estaba pensando.
Por cierto, se te escapó esa información el día que lo dijiste, no? x)
Flaco favor el mío en ese caso. Hay quien sacó sus propias conclusiones al respecto de quienes son susceptibles de ser «infectables» o quienes no. En breve será la misma novela la que lo desvelará a su debido ritmo. En cualquier caso, pido disculpas por haber hablado antes de tiempo, porque las elucubraciones que surgen de dicha información, ajena a la evolución natural de la novela, pueden destripar parte del encanto que me esforcé por ofrecer, exponiendo la información ordenadamente y con la cadencia adecuada, amén de acabar con el factor sorpresa. Hubo incluso quien averiguó eso por sí mismo, al atar los cabos que fui dejando por la novela, más o menos sutiles según los ojos con los que se lea, de modo que no es descabellado que la información base sea suficiente para ello. Lo que me sabe mal es por los demás, por haberos privado de ello. Me habéis dado una lección. Sea como fuere, en los siguientes capítulos sabréis el qué y el cómo, y podréis seguir disfrutando de ella sin el handycap de saber nada antes de la cuenta por mi culpa. ¡Un saludo!
David.
Yo también recordaba esa afirmación y me ha chafado un poco la sorpresa con Maya. Si quieres, para futuros lectores, puedes editar el comentario. Me ha llevado un rato pero lo he encontrado
https://aoldlv.wordpress.com/2011/08/26/al-otro-lado-de-la-vida-1×278/
Con quitar los comentarios «(Como puede ser…)» ya no destripas nada. Y quita también este comentario mío o estaremos en las mismas 😉
Gracias por tu obra!
Creo que ya he corregido todo lo susceptible de destripar cosas antes de tiempo a este respecto, y guardo una copia de lo que ha sido censurado, no obstante. Gracias por tu apreciación. Me esfuerzo por generar cadencias de tiempo en la exposición de la información para que todo sea desvelado en el momento más impactante, generando intriga y sorpresa, y toda información a destiempo es un flaco favor que os hago. Gracias por señalarlo. )
David.
Tranquilo, no pasa nada, quiza fui un poco bocazas, la verdad es que, aun habiendo hecho tales teorias sigo sin saber si es correcta, y el factor sorpresa puede seguir existiendo, de todas formas, hay lectores, como yo, por ejemplo que no les molesta el hecho de saber algo, y si se enteran, quieren saber como ha pasado, como es mi caso.
Yo tengo dos almas, una que desea saberlo todo y otra que desea sobre todo y ante todo no saber nada y descubrirlo poco a poco, y es muy difícil ponerlas de acuerdo xD Bocazas tú, para nada, si un caso yo por hablar más de la cuenta. Siempre mientras escribía soñaba con poder comentar con alguien mis andanzas y ahora que lo puedo hacer, no sé si os estoy ayudando o todo lo contrario xD Sea como fuere, la magia de ver cómo sucede, y más en este caso que le he puesto mucho esfuerzo y cariño, creo que sí os podría gustar, independientemente de la información de base con la que contéis. Y sin más demora, voy a colgar el capítulo del lunes, que ya me toca. ¡Un saludo, y gracias por ser tan pacientes conmigo! xDD
David.
No hay lio, yo tambien soy de los que agradece alguna informacion de mas, ya que eso ayuda a bajarle a la incomoda sensacion de intriga que poco me gusta, pero que a la vez me encanta. De hecho, como lo mencione hace algunos capitulos, extrañare esas buenas pistas entre lineas
Uf lo bueno que Maya es inmune al no estar vacunada!
Me encantan vuestras elucubraciones. Siempre es interesante hacer un testeo sobre qué recibe el lector de lo escrito en diferentes timings. Eso de lo que hablas, se trata mucho más adelante, pero yo siempre voy dejando pistas diseminadas por doquier para los más avezados.
David.