X. NEMESIO Y ABRIL
En todas las casas cuecen habas
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Hospital Qinah, ciudad de Nefesh
2 de octubre de 2008
…en las afueras del bosque Tala, a unos veinte kilómetros de la ciudad. Un grupo de seis agentes del cuerpo de seguridad de la isla han procedido a hacer una campaña de reconocimiento por tierra en busca de supervivientes, pero todavía no tenemos ningún tipo de información al respecto; les iremos informando a medida que vayamos recopilando más datos sobre el accidente. Se especula que pueda tratarse de parte de la flota aérea que el gobierno habilitó para la evacuación de supervivientes de las zonas afectadas por la epidemia que ha acabado con la vida de más de tres mil millones de personas alrededor de más de cien países en todo el mundo, pero aún no hay ningún tipo de confirmación al respecto. Se trata de un avión de pasajeros modelo A320 que podría proceder de algún lugar entre la frontera española y francesa…
La imagen televisada alternaba una y otra vez una grabación casera excesivamente pixelada en la que se veía desde la azotea de una de las viviendas de la ciudad principal de la isla, una pequeña mosca en el horizonte, acercándose cada vez más, para acabar perdiéndose entre el follaje del bosque que se interponía entre el cámara y el avión, para luego mostrar, aún más pixelado y con movimientos espasmódicos, un pequeño punto en la distancia de el que manaba un hilillo de humo. Luego se veía, ya con mucha más claridad, una grabación con la marca de la policía local de la isla en la esquina inferior derecha, hecha desde un helicóptero, que mostraba los restos de un accidente aéreo. El humo dificultaba bastante la visión por momentos, pero se podía ver la violencia del supuesto aterrizaje forzoso por el surco que había hecho la nave en su intento por frenarse. El foco del fuego parecía ser una de las turbinas que se había incendiado, pero que no daba a pensar que pudiese provocar incendio alguno en el bosque. También se podían ver las diversas piezas que se habían desprendido del fuselaje, que también estaba parcialmente quebrado, al golpearse con los árboles del camino, muchos de los cuales habían caído tras el impacto. Nada hacía pensar que pudiera haber habido supervivientes, y en cualquier caso no se veía nadie por las inmediaciones.
La sala de descanso del personal médico del ala oeste del hospital Qinah se había convertido en un hervidero de personas; enfermeras, médicos, personal de la limpieza… La enorme mayoría con bata blanca, todas observando con atención la pequeña televisión de tubo de 14 pulgadas que había colgada de la pared; televisión idéntica a la que había en las habitaciones, solo que ésta no necesitaba monedas para funcionar, pese a que también tenía la ranura por donde introducirlas. Entre cuchicheos y comentarios de docenas de conversaciones simultáneas, todos observaban con atención y recelo la noticia de la cadena local de la isla, la única que seguía emitiendo desde hacía más de dos semanas, ya que el resto de cadenas, tanto públicas como privadas, habían cortado la emisión.
Abril se acercó la sala de descanso algo incómoda al escuchar el revuelo que se había formado ahí dentro. Era su hora de descanso, pero no llegó a cruzar el umbral de la puerta; había demasiada gente dentro. Observó a unos y a otros, tratando de entender qué estaba ocurriendo, y enseguida reparó en Jesús. Se hizo paso entre unos cuantos compañeros suyos, y se plantó frente a él. Llevaban trabajando juntos desde que la trasladaron a la isla desde el hospital en el que trabajaba en la península, y era uno de los pocos compañeros cuyo nombre era capaz de recordar.
ABRIL – ¿Qué está pasando aquí?
JESÚS – ¿No te has enterado?
ABRIL – ¿Enterarme de qué?
JESÚS – Tenemos visita, en la isla.
Abril arrugó la frente. No le gustaba que se anduvieran con rodeos, y ya empezaba a ponerse nerviosa.
JESÚS – Un avión. Se ha estrellado un avión en el bosque.
ABRIL – ¿Cómo un avión?
JESÚS – Sí, no se habla de otra cosa. Las noticias llevan lo menos una hora hablando del tema ¿De verdad que no te has enterado de nada?
Abril puso cara de póquer. Había visitado a varios pacientes la última hora, pero era la primera noticia que tenía sobre el supuesto accidente.
ABRIL – ¿Y… ha habido supervivientes?
JESÚS – Todavía no se sabe. Dicen que han enviado a la policía a investigar, pero yo no me fío…
ABRIL – ¿No te fías de qué?
JESÚS – Que… que me da que ya nos han jodido.
ABRIL – No te entiendo.
JESÚS – La epidemia esa, joder. Seguro que a bordo del avión había alguien infectado, y ya nos la han liado. Es que lo estoy viendo.
ABRIL – No seas cenizo, cojones. Serán supervivientes del continente, que habrían venido aquí a resguardarse. Dudo mucho que a estas alturas queden muchos más sitios seguros por esta zona.
JESÚS – Yo no… yo no estaría tan seguro. Madre mía… En cuanto salga de trabajar cojo a mi mujer y a mis hijas y nos vamos a pasar la noche al barco. Y a la primera noticia medio regular que escuche por la radio nos vamos. Y tú deberías hacer lo mismo.
ABRIL – Yo no tengo barco.
Jesús se quedó en silencio, pensativo. Echó otro vistazo a la televisión, a través de la puerta, y se giró de nuevo hacia Abril.
ABRIL – ¿Y a dónde vas a ir? ¿Dónde vas a estar mejor que aquí?
JESÚS – Yo que sé… Estoy seguro de que el avión estaba lleno de… de desquiciados de esos.
ABRIL – No digas eso joder, que me estás haciendo coger miedo a mi. Además, alguien tendría que pilotar el avión, no tiene sentido que el piloto parta con gente enferma a bordo. No tiene sentido, sencillamente. Si han subido en el avión y han llegado hasta aquí es porque pretendían salvarse de la epidemia. Es que piénsalo, tiene sentido.
JESÚS – Ya pero…
ABRIL – Ya pero nada.
JESÚS – ¿Entonces por qué se han estrellado?
ABRIL – Al igual se han estrellado porque… ¿no tenemos aeropuerto, y no han encontrado dónde aterrizar?
JESÚS – No, eso no me sirve… No tenemos aeropuertos pero hay playas enormes y… llanos y… No sé, no… no me hace ni puta gracia esto, la verdad.
ABRIL – Ahora lo que hay que hacer es…
De repente todo el zumbido de voces que manaba de los alrededores de la sala de descanso fueron disminuyendo el tono hasta casi desaparecer. Abril se dio media vuelta y se encontró de cara con el señor Puerta, el director del hospital. Tenía la vena del cuello hinchada, y parecía considerablemente enfadado.
PUERTA – ¿¡Acaso no tenéis nada que hacer, ninguno!? ¡Volved ahora mismo a vuestro puesto de trabajo si no queréis que os abra un expediente a cada uno, hombre ya!
En cuestión de segundos se despejó la zona. Cada cual volvió a sus quehaceres, y la sala de descanso quedó vacía, con la televisión encendida, en la que no paraban de emitirse esas imágenes que tan mal cuerpo habían dejado a los que las habían visto.
Hola! nunca he comentado, pero he seguido todas las publicaciones hasta que se me han acabado y ahora tengo que esperar día tras día a que subas una! esto es una verdadera tortura!!!! jajajajaajaajaja no se como los que te siguen desde el principio aguantaron asi!!!! yo es que lo descubrí cuando llevabas 200 y pico y claro, me hinchaba a leer cada día xD
pero bueno decirte que me encanta y que me tienes enganchadísima, un abrazo =D
Otro para ti, Patricia xDDD
Nunca dejaréis de sorprenderme. No puedo menos que estar agradecido, y disculparme por la frecuencia de cuentagotas con la que cuelgo. Todavía tengo bastante material para ofreceros, y sigo trabajando en ello. Lo que sí puedo decirte, es que hay novela para rato. Aún no has leído ni la mitad, a duras penas un tercio. Gracias por haberte venido al otro lado. :3
David.
David:
Releyendo algunas cosas, descubri que este capitulo es diez y no nueve, ed decir X y no IX, ya que el IX es Desembarco, el capitulo 370
Una vez más tienes toda la razón. Siempre utilizo el cabezal del capítulo anterior para cambiar el número y el texto de cara a hacer el nuevo, y en esta ocasión olvidé cambiar el número. Los que siguen sí los he hecho bien porque utilizo una pauta de capítulos que tengo escrita aparte, pero este se me pasó por completo. Agradezco mucho tu observación, porque son este tipo de cosas las que si no estoy atento arrastro ad eternum. ¡Un saludo!
David.
Sabes que estamos para colaborar con esta excelente historia
Isla deshabitada no? Si hasta hospital tienen buuu!
Llegan por una parte que ofrece ese aspecto, más la isla, como ahora ya bien sabes, sí está habitada. Jugaba de ese modo con la incertidumbre del lector en el cliffhanger del primer tomo, pero enseguida delato lo contrario, con la vaca xD
David.