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Bote de remos, mar Mediterráneo
17 de diciembre de 2008
ZOE – Huele… Huele raro.
La profesora se giró hacia Zoe con el ceño ligeramente fruncido. Tragó saliva y se guardó el arma en la parte trasera de la cintura, por debajo del pantalón. Era cierto: por encima del omnipresente olor a agua de mar se intuía un aroma dulzón algo desagradable y en cierto modo familiar.
El bote salvavidas que habían usado para aproximarse a aquél pequeño velero sin temor de dañar a Nueva Esperanza tenía el aforo completo: los únicos que no se habían sumado a aquella inesperada misión que rompía la rutina de la travesía eran Guillermo padre y Guillermo hijo. A nadie le sorprendió demasiado que el investigador biomédico no quisiera dejar al chaval solo, pese a que éste seguía durmiendo plácidamente en el camarote de la familia Vidal. Él pareció encantado de poder quedarse a solas con el chico aunque sólo fuera por unos minutos. Darío había dejado el barco al pairo, y no tardarían en volver, en cualquier caso.
Se aproximaron al velero aparentemente abandonado a golpe de remo, sin prisa, voceando en todo momento para alertar a los posibles tripulantes del mismo de su presencia, pero sin obtener respuesta. Ahora tan solo les separaban escasos cinco metros de la nave, y no había el menor rastro de vida en su interior. Bárbara, que en un primer momento se había mostrado algo más intranquila al temer que pudiesen encontrar hostilidad, de cualquier tipo, se ofreció para hacer una primera inspección, alegando que era más ducha que el resto en el uso de las armas, y que tan pronto corroborase que no había peligro, invitaría a los demás a acercarse. Zoe rechistó al verse excluida, pero a Bárbara no le hizo falta repetirlo dos veces antes de que la niña se diese por vencida. Tan solo consintió que le acompañase Gustavo, acompañado por su incondicional arco olímpico.
Desde su posición como infectada se sentía mucho más tranquila, y en cierto modo en deuda con los demás para con su protección. Ellos no solo no lo estaban, sino que habían recibido la vacuna que inventó su padre. Todos a excepción de Darío. Ahora que su hermano había confirmado todas sus sospechas al respecto de su particular condición, entendía más que nunca que si alguien debía exponerse a algún peligro, era ella, que ni sentía dolor como tal ni podía convertirse en una de aquellas bestias aunque recibiese un mordisco.
Hicieron las últimas maniobras de aproximación, y Bárbara subió al barco con la ayuda de Olga. A continuación subió su hermano.
Inspeccionaron la cubierta. Les sorprendió lo inmaculadamente limpia que se encontraba. Desde esa distancia pudieron comprobar el mal estado de la única vela que aún seguía en pie. Debía haber soportado una tormenta de granizo, o quizá una ventada excesiva que había acabado por quebrar la mayor parte de sus sujeciones. Difícilmente se podría volver a usar sin un buen puñado de remiendos. Mientras Gustavo se entretenía observando más de cerca los desperfectos, la profesora se apresuró a bajar al único camarote del que disponía el barco. De lo que no cabía la menor duda era de que aquél olor tan desagradable venía de ahí abajo.
Bárbara bajó de frente los escalones, bien sujeta a las barandas laterales, y chistó al empaparse las deportivas que llevaba puestas. Debía haberlo pensado antes: la escotilla de aquél pequeño camarote estaba abierta de par en par, y el agua de lluvia, y quién sabe si también agua de mar, se había filtrado al interior sin problemas, encharcando el suelo. Le llamó la atención el color sucio que había adquirido, pero no le hizo falta bajar más para averiguar el motivo.
Se llevó el antebrazo a la nariz, consciente de que no necesitaría usar el arma que había traído consigo. El olor, aunque intenso, no era ni por casualidad comparable al de la plaza frente al ayuntamiento de Nefesh, pero sí le hizo recordar aquella etapa de su vida que ahora parecía tan lejana. Era el olor de la muerte.
Medio oculto por la vela que había utilizado de sábana, que estaba manchada de la misma sangre que había tintado el agua que cubría el suelo, se encontraba el cadáver de una mujer de mediana edad. Lo que enseguida atrajo la atención de Bárbara fue su brazo izquierdo. La ausencia de su brazo izquierdo. Gustavo se hizo un hueco a su lado. Bárbara le advirtió del agua sucia, y el chico evitó bajar el último escalón. Ambos observaron la escena con idéntico malestar en el estómago. Habían aprendido a convivir con ese tipo de escenas, pero no por ello dejaba de afectarles.
A escasos centímetros del muñón hinchado y ennegrecido de la mujer, ambos vieron un cinturón con un agujero extra que hacía las veces de torniquete. Bárbara no tuvo ocasión de preguntarse el motivo de esa aparente amputación, pues Gustavo señaló hacia la puerta abierta del minúsculo aseo, donde habían ido a parar la mayoría de los bártulos que se habían caído de los armarios abiertos y las estanterías vacías. Se trataba de un brazo humano, que flotaba entre latas vacías de bonito y revistas viejas apelmazadas por el agua. Tanto el húmero como el cúbito y el radio habían sido roídos a conciencia. Sin embargo, la mano seguía de una pieza, aunque en un estado deplorable.
Bárbara recordó una conversación que había tenido con Christian, a tenor del tiempo que había pasado a solas en la cárcel en la que le habían encontrado, y asumió que aquella mujer no había muerto de hambre, como todo parecía indicar, sino de sed. De lo que no cabía la menor duda era que no iban a sacar nada en claro de la visita, y que ya no había nada que pudieran hacer por aquella pobre infeliz. Ahí no había rastro alguno de útiles de pesca, ni de agua potable, y con cuanto había en la sobrecargada Nueva Esperanza, resultaría absurdo saquear el barco.
GUSTAVO – Aquí no se nos ha perdido nada.
Bárbara asintió vagamente, mientras se preguntaba cuánto tiempo habría pasado desde el fallecimiento de la mujer. Ambos subieron de nuevo a cubierta, a tiempo de ser acribillados a preguntas por todos quienes esperaban pacientemente en el bote.
Excelente, encontré de casualidad este blog buscando en la web nuevos libros de temática zombi, me gusto y compre los dos libros en Amazon, me he pasado las últimas tres semanas hasta hoy que he terminado de ponerme al día con este último capítulo y me he quedado con ganas de más lectura, ahora me sumo a los que esperan los nuevos capítulos, gracias por mantenerme gratamente ocupada siguiendo la vida de Bárbara y todo el grupo, muero de ganas de saber qué pasó con Morgan y que hizo Guillermo para que Guille no se convirtiera en uno más de los infectados.
Bienvenidérrima al otro lado, lady Ángela.
Me gusta tu nombre… creo que. si me das permiso, lo utilizaré más adelante en la novela. Siempre me quedo con algunos nombres en la cabeza que me inspiran cosas, Paris es el mejor ejemplo, ¡y el tuyo tiene garra!
Me alegra sobremanera haber podido amenizar tus horas de ocio sano estas últimas semanas con mi obra.
Las respuestas a todas tus preguntas serán desveladas en el momento preciso. 😉 Y en los dos casos que mencionas, será de manera especial con un flashback que narrará al detalle lo que ocurrió tanto en un caso como en el otro.
El próximo sábado más y mejor. (cuelgo dos capítulos por semana, martes y sábados a las 00:00, siempre que puedo).
Ya tenemos cerca el siguiente flashback de Guillermo, y este va a ser de traca.
¡Gracias a todos por seguir al otro lado! Y a Ángela, reiterar que es bienvenida. 🙂
P.D.: Me gustaría pedirte un pequeño favor. Siendo lectora de Amazon, me sería de gran ayuda si valoraras los libros con estrellase en la página. Como autor independiente sin una editorial detrás, vivo del prestigio digital y de esas valoraciones para darme a conocer y animar a otros lectores indecisos a probar suerte con mi obra. 🙂
David.
Mil gracias por tus lindas palabras hacia mi nombre, ya me he convertido en una seguidora más y ansiosa por la espera de un nuevo capítulo.
Cuando terminas de leer un libro comprado en Amazon, en la kindle pide valorar antes de cerrar el libro una vez acabado, aún así, los valorare en la página de Amazon pues los disfrute mucho.☺️👍🏻
¡Gracias a ti por tus magníficas valoraciones, lady Ángela! En Amazon México apenas tenía, y de bien seguro me van a ayudar mucho.
El siguiente capítulo lo colgaré, hora de méxico a las 17:00 del viernes. Luego el siguiente a esa misma hora pero el domingo, y así sucesivamente.
Tengo la intención de acabar el libro antes que acabe el año, aprovechando dos tandas de vacaciones que tengo el trabajo antes y después del verano, ahora que ya tengo el guión de la novela prácticamente 100% consolidado. No sé si lo conseguiré, pero pondré toda la carne en el asador para ello. Quiero empezar con mi siguiente novela, que lleva ya mucho tiempo en stand-by, pero de sí o sí esta tiene que estar acabada por la puerta grande antes.
Gracias de nuevo por tus palabras. 🙂
David.
Hola, Angela. Bienvenida. Por aquí nos movemos unos cuantos incondicionales de David comentando, haciéndonos preguntas, etc. Hay auténticos veteranos. Ya nos iras conociendo/leyendo. David es un encanto y suele contestarnos pero, como ya habrás podido comprobar, a veces es muuuuuy «tramposo» 😉. Yo le descubrí exactamente igual que tú y si no recuerdo mal, llevo más de un año por aquí leyendo cuando toca (a mí me pasó como a ti: atracón y luego, páramo de desolación = a esperar pacientemente los martes y sábados 😃).
David, con respecto al capítulo, no lo entiendo muy bien en este punto de la novela. Es quizás importante para entender algo a posteriori? Un sí o no bastaría, q ya nos conocemos!. Y con respecto a tu gato, una preciosidad! 😀
La respuesta es no, pero no lo digas a nadie. Una travesía en barco en un universo en el que no hay barcos en ningún puerto de los últimos que han visto, pide a gritos encontrar otros barcos por el camino. De cara a exponer retazos de contexto y verosimilitud, siempre pensé que encontrar a alguien que se hiciera con un barco pero que no tuviera la más mínima idea de cómo usarlo, sin alimento ni bebida suficientes, que acabase pereciendo por su propia ignorancia, era un must-have de manual. Y añadir un párrafo «Ah, y de camino a Samuel vieron un barco vacío con una mujer muerta y siguieron adelante», me parecía poco riguroso, tanto como no incluir esta misma idea ni en la primera travesía ni en la segunda. En la primera no tenía sentido en tanto en cuanto les hizo falta un segundo barco, y ahora ellos ya están en el camino de vuelta, en el tiempo de descuento conceptual de su prevista vuelta a Nefesh. Además, me va a servir, en el siguiente capítulo, para profundizar la relación entre Guille y Guillermo al narrar qué fue de ellos mientras los demás estaban alejados de Nueva Esperanza, permitiéndome exponer más detalles del trastorno del chico y del trato que le da su padre, pero englobándolo en un contexto en el que pasan cosas y hay movimiento, más que limitarme a dar información descontextualizada en tercera persona. El islote Eseb no está puesto como mero atrezzo. Este barco, aunque verás en el siguiente capítulo que si suscita cierta controversia, lamentablemente no es un huevo de pascua.
Confío que la respuesta haya servido para saciar tu curiosidad al respecto. De cara a la siguiente novela tengo un objetivo muy claro de reducir el número de personajes y el grado de detalle del contexto para no hacer una obra tan extensa como esta, pero en AOLDLV lo llevo haciendo desde el principio, y aunque es un poco dramático para mi porque me está llevando muchísimo tiempo hacerlo, eso lo que quiero para con el libro, y añadir estos pequeños interludios que ofrezcan al lector la capacidad de meterse en la piel de los demás y conocer mejor el contexto con estas mil y una historias-vistas-de-pasada-desde-los-ojos-de-los-personajes, le ofrece un valor añadido. El que haya llegado al tercer tomo, ya no creo que se asuste de afrontar un libro de 1000 o más páginas, y si te soy sincero… creo que este va a ser bastante más corto que el segundo. Pero más largo que el primero… Todo se andará. 😉
David.
Gracias Carol por la bienvenida, te aseguro que estaré al pendiente de los nuevos capítulos, ya me di cuenta que David todo lo que escribe es con la intención de darnos mas y mas intriga y dejarnos mordiéndonos las uñas con lo próximo que se viene, algo que se agradece mucho pues es un motivo mas para seguir leyendo y «vivir la historia» del los personajes.
David gracias por ponerme al tanto del horario en que poder leer el nuevo capitulo, ya falta poco, pues aquí, ahora son las 16:30 😊
Cinco minutos lady Ángela. 😉
Siempre que logre que os quedéis con ganas de más, os sorprendáis o queráis matarme, es que estoy haciéndolo bien. Este nuevo capítulo es interesante. Me gustó escribirlo y es de aquellos que se escriben por sí solos.
David.
Hola Ángela, me sumo a la bienvenida de Carol 😃!!
A mí me pasó otro tanto descubrí a David en Amazon y devoré el primero en un suspiro y finalizando David el segundo y publicándolo en Amazon me pilló ya en el blog y preferí terminar de leer aquí los últimos capítulos y mantener la intriga hasta el final ( una qué es así de rarita 😉)
A pesar de que tienes qué esperar a qué David cuelgue todas las semanas los dos capítulos es una gozada en cambio estar cavilando e intentando pillar esos huevos de pascua qué David va dejando por el camino y comernos el coco averiguando por dónde va a llevar la historia y a nuestra sufrida Bárbara y compañía…
Disfrutamos y sufrimos a partes iguales y todo se lo debemos a David y su gran Aoldlv!! 😉
David, vas ampliando el nº de seguidores!!! Me parece que quien lee tus libros queda prendido como un insecto en una delicada tela de araña. Menuda metáfora se me ha ocurrido con lo que odio a las arañitas…
Sonia.