3×1107 – Volandas

Publicado: 03/06/2017 en Al otro lado de la vida

1107

Obra abandonada en el barrio de Bayit

6 de enero de 2009

 

Christian sintió un desagradable déjà vu al llevar a la pequeña a cuestas por el suelo embarrado. No era la primera vez que se encontraba en una situación similar con una persona a la que apreciaba que había resultado mordida. La anterior ocasión aún quedaba algo de lugar a la esperanza, al no saber a ciencia cierta cómo funcionaba aquél maldito virus. Maya salvó la vida contra todo pronóstico, e incluso recuperó la movilidad de cintura para abajo, sorprendiendo a propios y extraños. Pero Maya no había sido vacunada. Zoe sí lo estaba, y ambos sabían muy bien lo que ocurría a las personas vacunadas que recibían el mordisco de un infectado. Quizá por ello cundía tal silencio tenso entre los dos amigos.

El vendaje con el que habían cubierto burdamente la herida en la muñeca de la pequeña empezaba a empaparse de sangre. Pese a que se trataba tan solo de un pequeño parche hasta que llegaran de vuelta al barrio y Zoe pudiese recibir la cura que se merecía, Christian se sintió fatal por no poder hacer nada más por ella. La niña incluso tenía unas décimas de fiebre y le costaba enfocar la vista. El ex presidiario no paraba de pensar que si hubiese llegado más pronto, tal vez podría haber cambiado su destino. De nada serviría ahora lamentarse.

Zoe no se quedó tranquila hasta que comprobó que Morgan estaba realmente dentro de la caseta de obra. Pese a que aquél hombre había intentado matarla para luego devorarla, la niña seguía sintiendo una fuerte vinculación emocional con él. Al verles a través de la ventana, el policía volvió a ponerse realmente nervioso, gritando y danto golpes, intentando sin éxito encontrar el modo de salir de ahí.

La pequeña bien pudiera haber caminado por su propio pie, pero estaba demasiado agotada física y emocionalmente por la pelea con Morgan, y tras una corta discusión, al final concedió que Christian la llevase en volandas. A él no le supuso ningún problema: la niña era un saco de huesos. La lluvia se había intensificado mientras hablaban, y la idea que cualquier otro infectado les pudiese abordar durante el trayecto de vuelta al barrio resultaba cuanto menos ridícula. Christian dio media vuelta y se dirigió a la entrada de la obra.

ZOE – Chris.

El ex presidiario no respondió. Estaba concentrado en su papel de llevarla de vuelta al barrio y no se sentía con ánimos de hablar.

ZOE – Chris, tienes que prometerme que no le dirás a nadie…

Christian agachó ligeramente la mirada y la cruzó con la de Zoe. La niña estaba muy seria. No aceptaría un no por respuesta.

ZOE – Chris. Por favor. Si se enteran, lo querrán matar. No se lo podemos contar.

El chico respiró hondo, con un ojo entrecerrado por culpa del chorreo del agua de lluvia en su cara, que había vencido el poder de su ceja. Dejó pasar unos segundos, en los que la niña no paró de acribillarle con la mirada, hasta que finalmente llegaron al portón de acceso. Respiró hondo, rememorando las palabras del policía cuando descubrió que estaba infectado.

CHRISTIAN – Tranquila.

Ambos abandonaron la obra en silencio, conscientes que compartían un secreto que no debía ser desvelado, y en cierto modo, pese a lo irónico de la situación, satisfechos al saber que Morgan seguía vivo. No en vano ambos le debían la vida a aquél negro cascarrabias.

El camino de vuelta fue lento, pesado y bastante triste. Zoe comenzó a lloriquear de nuevo, al tener ocasión de reflexionar sobre las consecuencias de su imprudencia. Sabía muy bien lo que vendría a continuación, y se le venía el mundo encima. Christian, aún sin saber muy bien por qué, no podía apartar de su cabeza la idea de decirle a la niña que la cinta violeta estaba a buen recaudo. Sin embargo, tal revelación no haría sino tornar aún más inútil y estéril el esfuerzo de la niña por encontrarla, delatando que se había dejado infectar por una estupidez. Después de darle muchas vueltas, prefirió no contarle nada.

Christian sintió un escalofrío al girar una de las últimas bocacalles y ver a tres personas en mitad de la calzada. Por un instante les confundió con infectados y a punto estuvo de dar media vuelta, dejar a Zoe en el suelo y echar mano de su arma. Pero enseguida se tranquilizó. Desconocía quienes eran los otros dos, pero la silueta de Paris resultaba inconfundible, incluso a esa distancia. Tan pronto ellos se percataron de su presencia, una de las tres figuras corrió bajo la lluvia para encontrarse con ellos.

Bárbara les alcanzó enseguida, hecha un manojo de nervios.

BÁRBARA – ¿Qué ha pasado? ¿Qué… qué te… que le… qué ha pasado, Chris?

Christian respiró hondo. Bárbara miró compungida a la pequeña. Zoe le apartó la mirada, avergonzada. La profesora no entendía nada, y se le formó un nudo en el estómago al ver el lamentable estado en el que se encontraba la pequeña y la venda empapada en sangre y agua de lluvia en su muñeca. Carlos y Paris acudieron prestos junto a ellos, arma en mano. Paris se mantuvo en silencio, consciente que no era el momento de dar a conocer su opinión al respecto de lo ocurrido. Carlos chistó con la lengua al comprobar que sus más lúgubres sospechas se habían demostrado ciertas.

CHRISTIAN – Vamos al barrio. Nos vamos a empapar aquí fuera, va.

A la profesora le temblaba la mandíbula y fue incapaz de reaccionar. Zoe seguía rehuyéndole la mirada, y eso le hizo sentir aún peor. Christian se la llevó, y Bárbara se quedó donde estaba bajo la intensa lluvia, quieta como una estaca, con un rictus de dolor en el rostro. Reaccionó únicamente al notar la mano de Carlos en su hombro. Se giró lentamente hacia él. Sus lágrimas se confundían con el agua de la lluvia.

CARLOS – Venga…

Bárbara le miró a los ojos, y él la atrajo hacia sí y la abrazó con fuerza.

comentarios
  1. Carol dice:

    Buenos días a todos!. Espero q Zoe se salve, pero, honestamente, no veo la manera de que sea convincente….Q opináis? Ideas?

    • moraima dice:

      Hola yo pienso que Guillermo podría quizás hacer algo , no creo que Barbara se quede de brazos cruzados seguro que obliga a su hermano intentarlo como mínimo No???

    • Betty dice:

      En todas las pandemias siempre hay un porcentaje ( muy bajo) de personas que suelen ser inmunes y como dice Moraima está Guillermo, si ha conseguido minimizar la infección de guille podría hacerlo con Zoe, aunque no creo sea la misma Zoe que conocemos.

      ¡Saludos! 😊

  2. battysco dice:

    Hola, yo también apuesto a que Bárbara obligará a su hermano a que haga algo, como mínimo, a que haga lo mismo que hiciera con su propio hijo en su día.

    Por otro lado, quieren proteger a Morgan contra viento y marea eh, me da que con Morgan tendremos más sorpresas. Ahora pondría un emoticono dando palmas.

    Sonia.

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