EPÍLOGO

Publicado: 24/12/2019 en Al otro lado de la vida

EPÍLOGO

 

 

De camino al barrio de Bayit de la ciudad de Nefesh

30 de marzo de 2017

 

BÁRBARA – Estoy cansada, tata.

Zoe se acomodó la pesada mochila a la espalda y miró a su hermana pequeña.

ZOE – Ya no queda casi nada, cariño, estamos a punto de llegar. Aguanta un poquito más, va.

Bárbara asintió, y continuó caminando junto a Zoe por aquella sinuosa carretera que parecía interminable. Sostenía entre sus jóvenes manos aquél viejo conejito de peluche de largas orejas que la había acompañado desde el mismísimo día de su nacimiento. Su cabellera era morena, pero tenía el pelo igual de largo y lacio que su madre, cuando Zoe la había conocido.

El trayecto de vuelta a Nefesh no había sido en absoluto sencillo. La decisión de aventurarse en esa ambiciosa empresa había sido una de las más complicadas que Zoe había tomado jamás. La vida en la masía, en la periferia rural de Sheol, era tranquila. Y segura. Ahí tenían todo lo que necesitaban para sobrevivir, pero para Zoe nunca había sido suficiente. Y no precisamente por ella, sino por la pequeña Bárbara.

En la península todo parecía muerto. A esas alturas apenas se veían infectados, y los que se cruzaban en sus caminos estaban en tan mal estado físico que Zoe sentía más lástima que miedo por ellos. Hacía años que no veían a nadie sano, y ello la estaba volviendo loca. Ella quería ofrecer un destino mejor a su hermana. Quería ofrecerle algo más que su única compañía y alguien que le pudiese enseñar más cosas de las que ella sabía. Zoe era muy insegura a ese respecto, pues su formación había acabado prematuramente con escasos diez años, por más que ahora ya era prácticamente mayor de edad.

No se habían cruzado con absolutamente nadie desde que dejasen anclada Nueva esperanza en la ensenada de donde habían sacado el barco en primera instancia. Era el lugar más próximo que Zoe conocía a Bayit desde el que poder arribar a tierra firme haciendo uso del bote. Lo hicieron desde la playa, hacía un par de horas, y el zigzagueo por la carretera de los acantilados había sido bastante tenso, pese a que no encontraron ningún tipo de hostilidad.

Tan pronto la muralla de Bayit se vislumbró en la lontananza, Zoe comenzó a sentir una miríada de sentimientos contradictorios en su interior. En su momento había afirmado que jamás volvería ahí. De ahí había sido expulsada, y por culpa de sus pretéritos habitantes se había quedado sola en el mundo, al cargo de un bebé al que tuvo que cuidar desde su mismísima concepción. Por fortuna, la ira y el resentimiento no tenían cabida en aquella joven mujer llena de vitalidad y ambición.

Finalmente llegaron a su destino. Zoe llevaba el anillo de Bárbara al cuello, enhebrado en un collar de tela, como si de un colgante se tratara. Lo cogió y lo envolvió con su mano izquierda. La derecha sostenía la manita de su hermana. La pequeña Bárbara miraba en derredor, asombrada. Sobre el baluarte reconstruido había un chico negro, de unos veinte años. Zoe no tardó ni un instante en reconocerle. Él había estado escuchando música hasta ese momento, pero tan pronto la vio, se quitó los auriculares.

ZOE – ¡Samuel!

SAMUEL – ¡Dios santísimo! ¿Zoe, eres tú?

Samuel parecía no dar crédito a lo que le decían sus ojos. Zoe le vio desaparecer por el baluarte. Instantes después apareció tras la valla del colegio, y las guió hacia la entrada trasera, permitiéndoles el acceso al recinto. El patio del colegio estaba vacío y en silencio. Un par de balones abandonados destacaban sobre el suelo de cemento al que la vegetación no había ganado el terreno. Zoe desconocía que ello era debido a que era sábado, y que durante la semana, cuando la escuela estaba en funcionamiento, hervía de vida.

SAMUEL – Me alegra muchísimo saber que… que estás bien.

Samuel trató de mostrarse indiferente, pero Zoe era consciente que estaba algo intimidado por el color de sus ojos. Ella sabía a qué se exponía acudiendo ahí con los ojos descubiertos, pero no quería ocultarlos tras unas gafas de sol o unas lentillas de colores, no si pretendía ser aceptada como una más. Si pretendía quedarse a vivir ahí con Bárbara, deberían aceptarla tal como era.

SAMUEL – ¿Venís…? ¿Venís solas?

Zoe asintió.

ZOE – Sí. Solo estamos ella y yo. Ella es la hija de Bárbara. También se llama Bárbara.

Samuel, que era mucho más alto que ellas, se agachó ligeramente para ponerse a la altura de la niña morena, mostrando una amplia sonrisa de níveos dientes enfatizada por el oscuro color de su piel.

SAMUEL – Hola. Yo soy amigo de tu…

ZOE – Hermana. Somos hermanas.

Samuel asintió. No necesitaba más explicaciones, y tampoco las pediría, al menos no ahora. La niña le dio dos besos, uno por mejilla.

SAMUEL – Venid, venid. Acompañadme.

Samuel las guió hacia el Jardín, al que ahora llamaban Huerto. Ahí sí había gente. Mucha más gente de la que Zoe hubiera podido imaginar. Algunos les miraban, más curiosos que intimidados por su presencia. Otros tantos se limitaban a trabajar con ahínco en los muchos cultivos que había a lado y lado del camino que llevaba al corazón del barrio, flanqueado por aquellos bellísimos y majestuosos cerezos en flor, que era hacia donde Samuel las estaba dirigiendo. Zoe distinguió también pequeños recintos vallados en los que un montón de gallinas campaban a sus anchas.

El joven negro las dirigió hacia el lugar donde antaño se encontrase el taller mecánico, que ahora se había convertido en una mera pasarela cubierta que daba acceso directamente a la calle que desembocaba, a través de un enorme portón abierto de par en par, a la calle larga en cuya construcción Zoe había participado en un tiempo que de tan lejano, parecía incluso irreal.

Ambas hermanas se quedaron boquiabiertas al ver lo que aquella larga calle albergaba. El lugar hervía de vida. Había locales abiertos donde no paraba de entrar y salir gente, personas de todas las edades y procedencias charlando por doquier, regando las plantas en los balcones, paseando tranquilamente por las aceras y la calzada: no había rastro alguno de los muchos coches abandonados que ella recordaba de la última vez que pasara por ahí. La Bayit en la que habían soñado, parecía haberse vuelto realidad. Zoe se sintió satisfecha al comprender cuál había sido el destino de quienes habían tenido que huir del islote Éseb.

Zoe vio un perro muy familiar, y mucho más grande de lo que ella recordaba, desaparecer tras una esquina persiguiendo a un niño que parecía estar pasándoselo en grande jugando con él. Se sentía enormemente reconfortada al ver que la vida en Bayit había seguido su curso. Su mayor temor al aventurarse en ese viaje era encontrar el lugar vacío y muerto, carente de rastro de sus antiguos moradores.

SAMUEL – Bienvenidas a Bayit.

Zoe distinguió a Christian en la distancia. Tenía el pelo muy largo, tan largo como lo llevara Fernando antes de fallecer. Estaba de espaldas a ella, charlando con alguien a quien Zoe no conocía. Se sorprendió y se alegró al notar que no le guardaba rencor, y estaba más que dispuesta a correr en su dirección y darle un fuerte abrazo, cuando una niña pequeña, de la edad de Bárbara, se acercó a ella, tímida pero al mismo tiempo decidida.

EUROPA – ¿Quieres venir a jugar?

Bárbara miró a Zoe, sin saber qué responderle. La niña estaba fuera de sí al ver tanta gente a su alrededor. Se había criado a solas con Zoe, y ese nuevo contexto le estaba resultando muy chocante, pero al mismo tiempo excitante e increíblemente atractivo.

SAMUEL – Es la hija de Nuria.

ZOE – ¿Nuria sigue viva?

Samuel meneó a lado y lado la cabeza.

SAMUEL – No. Nuria… murió en el parto, pero su hija nació sana. Ninguno dábamos crédito. La cuidamos entre todos, aunque vive con Carla y con Josete.

Zoe parecía sorprendida. Se maldijo por no haber tomado antes la decisión de volver a la isla. Bárbara tiró de la manga de la camiseta que Zoe llevaba puesta.

BÁRBARA – ¿Puedo?

ZOE – Claro. Claro que sí, cariño.

Bárbara y Europa se alejaron, charlando amistosamente entre ellas, como si se conocieran de toda la vida. Zoe mostraba una sonrisa sincera en el rostro, sorprendida y satisfecha por la facilidad con la que Bárbara había hecho una nueva amiga. Bárbara tendría el destino que se merecía. No cabía duda que ese sería el nuevo hogar para ambas que ella tanto había soñado. Zoe respiró aliviada, sabiendo que había tomado la decisión correcta.

 

 

4 de enero de 2015

19 de diciembre de 2019

FIN DE LA TRILOGÍA

comentarios
  1. Beth dice:

    Fin??? 😞😞😞. Muchísimas gracias por todo lo que he recibido de esta historia. Esperando más cosas tuyas. Te deseo lo mejor

    • Muchas gracias. 🙂
      Todo lo que empieza debe acabar. Yo me siento muy satisfecho de haber podido acabar con tan hercúlea tarea, y del resultado final. Aunque mentiría si dijera que no me daba una mezca de curiosidad y respeto descubrir qué opinábais del final.
      Ten bien seguro que seguiré escribiendo. Ahora ando atareado ordenando ideas de mi siguiente novela, titulada Al otro lado de la realidad, a la que hacía años que tenía ganas de echar el guante. Y tan pronyo acabe esa empezaré a trabajar en Al otro lado de la muerte. Será una secuela de Al otro lado de la vida, que ocurre unos años después del epílogo, y que narrará la vida en la tierra después de que muera el último infectado, con Zoe y miniBárbara como protagonistas. Quiero que sea una única novela, autoconclusiva, y con marcado carácter de protagonismo bicéfalo, no coral con tantos personajes como aoldlv. Hace tiempo que fantaseo con escribir una novela ‘de zombies’ en la que no salga ningún zombie jamás.
      Mil gracias por todo el apoyo recibido. 😀

      David.

  2. mari carmen dice:

    ooooohhhhh que penaaaaa con lo que me gustaba , comprare el tres y los leere otra vez

    • Aunque pareciera que no fuese a acabar nunca, todo estaba cerrado desde hacía años, tan solo me quedaba escribirlo, pero… hasta eso ocurrió ya. Espero que os haya gustado acompañarme en este largo camino. Yo no puedo menos que agradeceros encarecidamente todo el apoyo recibido. Me alegra saber que los leerás de nuevo, seguro que le encuentras mil matices nuevos y los disfrutas tanto o más que la primera vez. 🙂

      ¡Feliz Navidad!

      David.

  3. Drock9999 dice:

    -Todo lo que tiene un comienzo tiene un fin, Neo.- Agente Smith. The Matrix: Revolutions.

    Excelente final. Melancolico, tal vez tambien por la fecha, pero ha sido una hermosa travesia. Las coincidencias de la vida me llevaron a encontrar AOLDLV y desde hace casi 6 años me enganche a la historia, y hoy esta historia dice adios.

    Lord David Villahermosa, gracias por estos años de letras que nos han traido a este momento, uno que todos anhelabamos pero que, ahora que ha llegado, ya no lo queremos. Gracias por llevarnos por Sheol, Bayit, Eseb, Nefesh y tantos otros lugares. Gracias desde Barbara hasta Europa. Gracias por mostrarnos la debilidad desde Arturo hasta Barbara. Gracias por Enrique, Nuria, Paris, Fernando, Marco, Guillermo, Guille, Nemesio, Salvador, Marion y Carlos. Gracias por el fin de Hector. Gracias por Chris, Maya, Io, Zoe, Josete, Dario, Samuel, Carla y Abril y tantos otros personajes que nos trajiste en estos años. Pero gracias sobre todo por la interaccion con tus lectores, por ser abierto a las correcciones, por el concurso. Y obvio, gracias por Morgan 😂

    Felices fiestas, un abrazo desde el otro lado del Atlantico.

    D-Rock.

    • Lord D-Rock, ¿qué decir a uno de mis más fieles lectores desde tiempos inmemoriales?

      Gracias, no se me ocurre nada más acertado. Para mi ha sido un verdadero placer sentir vuestro apoyo y vuestra ilusión por este proyecto al que tantísimo cariño he volcado. El camino se ha hecho mucho más ameno, os lo garantizo. Y tu aportación artística será algo que jamás olvidaré. 🙂

      Me alegra sobremanera saber que has disfrutado el final. Tenía algo de miedo desde hacía mucho tiempo, ignorante de qué tal os tomaríais ese final. No es una lucha épica con el malo de turno, eso lo dejé ya listo en tres etapas con los anteriores arcos de Morgan, Héctor y Paris, tampoco es la consecución de un gran hito, ni la conclusión de una gran escena de acción. Es algo mucho más pausado y sereno, el final del camino de quienes comenzaron, el cierre del círculo de la novela en la que su protagonista, Bárbara, le cede el relevo a la nueva protagonista, que lo fue de igual modo pero en proceso de aprendizaje, al tiempo que cumple su mayor sueño. Y no es baladí que cerrada la novela como tal, incorpore los flashbacks perdidos que dan respuesta a por qué Bárbara amaneció en un ataúd en el primer capítulo. Eso era una idea que llevaba en mi cabeza desde hacía muchos muchos años. Siempre me ha gustado la idea de cerrar círculos, y haber empezado la novela in media res me permitía acabarla dejándolo todo tal como empezó. Acabar con la resucitación de Bárbara después de haber narrado su fallecimiento definitivo me encandiló como idea. ¡A mi me encanta! xD

      Los tres títulos son un guiño a la evolución de la novela y en especial a Bárbara, muy vago para no hacer spoilers:
      La muerte no es el final – Da a entender que Bárbara estaba muerta cuando empieza la novela, pero que vuelve a la vida, por lo cual burla a la muerte, que «no es su final».
      Augurios de muerte – En el segundo libro no muere nadie troncal, pero augura que eso sí ocurrirá en el tercero, donde nos abandonan muchos personajes de largo recorrido.
      La muerte es sólo el principio – Enfatiza la idea de que todo comenzó con una muerte, y así es como acaba la novela, cerrando el círculo.

      Un fuerte abrazo y un saludo cordial desde este lado del charco.

      David.

      • Drock9999 dice:

        Este lado del charco? Jajajajajajaja

        El final, debo aceptarlo, lo senti un poco abrupto. El epilogo salta del capitulo 1 al capitulo final y eso, personalmente, fue cortante. A pesar de eso me encanto, pues sutil y no forzadamente se cerro la historia. Otra razon para sentirme asi puede ser el simple hecho de, como lo dije antes, haber querido el final para despues ya no. Ovasion de pie por una historia que pudo cansar y no lo hizo, pues mantuvo un ritmo, una dinamica y no cayo en la rutina, ademas los capitulos cortos ayudan a leerlo con mas agrado.

        Definitivamente el tomo 2 nos presento bastante gente pero el 3 fue una bofetada al 1. Carlos, Marion, Morgan (definitivamente), Paris, Fernando, Hector, Guille, Guillermo, Barbara; ya no se si llamarte Lord Villahermosa o Lord Enterrador.

        Por otra parte, las historias que terminan justo donde empiezan son de mis favoritas y volver al ataud cob Barbie, a pesar de conocer su (tragico?) final, fue mas que gratificante. Aunque alli me surgio una duda y no se si la explicaste pero: ¿ por que tardo tanto tiempo en hacer efecto el Barbara y no le tiño los ojos de rojo? No se si lo explicaste o quedara para AOLDLM.

        Los titulos de cada tomo han resultado perfectos, aunque el tomo 3 tiene la misma frase que repite Imhotep, personaje de la pelicula La Momia, lo cual siempre me causo gracia 😂

        Los agradecimientos seran para ti. Esperare ansioso a las nuevas lineas que quieras regalarnos. Tua obras anteriores fueron una gozada y se que lo que venga lo sera aun mas!

        D-Rock.

  4. Sandra Luz Flores Puertos dice:

    Gracias David!!! Apenas hace un año encontré aodlv y aun no termino el segundo tomo… En cuanto tenga los tres empiezo toda la lectura otra vez desde un principio para saborearla mejor…mientras tanto espero tus próximas novelas… Que talento David toda mi admiración y mil gracias 😊

    • Un millón de gracias, Sandra. 😀

      A ti aún te queda mucho por disfrutar, lo cual es bueno. Yo seguiré trabajando duro en nuevos proyectos, para que tengas nuevo material al que echar el diente cuando ya hayas liquidado Al otro lado de la vida. Mil gracias por el apoyo. 🙂

      David.

  5. Angela dice:

    Gracias David por estos libros fabulosos, me encanto toda la historia y por supuesto comprare el libro ahora mismo para tener la trilogía en mi biblioteca y poder leerlos cada vez que quiera.
    De igual manera seguiré a la espera de lo que quieras escribir, muchas gracias por mantenerme tan entretenida por tanto tiempo.

    Feliz navidad

  6. Fran dice:

    David, sencillamente enorme!!!
    Me ha fascinado tu trilogía de principio a fin. Como dice D-Rock, deseando leer el final pero deseando así mismo que no llegue nunca.
    Cuenta que ya vendiste otro tercer volumen 😜, tengo los anteriores y adquiriré el tercero. Y ten por seguro que intentaré seguir tus obras, para mí ha sido un auténtico placer leer esta trilogía.
    Muchas gracias por los momentos que me has dado, de verdad que los he disfrutado.
    Hasta más ver.
    Fran

  7. V RG dice:

    No sé qué decirte, muhas gracias por ilusionarnos este tiempo pues tus relatos han sido un pequeño aliciente esperado, ansiado cada día. Un abrazo y hasta siempre

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