1×035 – Dos

Publicado: 02/04/2011 en Al otro lado de la vida

35

En el supermercado

29 de septiembre de 2008

Zoe estaba sentada en el césped, junto a un gran roble que filtraba entre sus hojas la luz del sol de esa apacible tarde de verano. Las briznas de hierba le hacían cosquillas en la palma de las manos mientras la suave brisa mecía su melena escarlata. Una extensa llanura verde se extendía hasta donde le alcanzaba la vista, salpicada de vez en cuando por algún árbol despistado. A lo lejos se podía ver una familia de caballos trotando alegremente en dirección al horizonte. Una figura se acercaba en la distancia, con paso ligero hacia ella. Se levantó y la miró con una amplia sonrisa en la boca, antes de correr hacia ella. A medida que se acercaban, la sensación de satisfacción se iba haciendo más acusada, y cuando estaba a punto de encontrarse con su madre, despertó.

ZOE – ¿Mamá?

Al abrir los ojos vio a una extraña mujer erguida frente a ella, mirándola con una expresión vacía en el rostro. Una mujer que la estudiaba con la mirada, que trataba de leer a través de sus ojos verdes. En un principio estaba desubicada y aún adormilada, pero enseguida recordó donde se encontraba y como había llegado hasta ahí. De nuevo sobrevino el pánico. Trató de levantarse trastabillando con las cajas de cartón y las latas que había dispersas por el suelo, asustada, segura de que no tendría tiempo de huir y esa abominable mujer acabaría matándola. Pero para su sorpresa, la que ella confundiese con uno de los infectados, le habló.

BÁRBARA – Tranquila, no…

ZOE – No me hagas daño, por favor.

BÁRBARA – Nadie va a hacerte daño, estamos solas.

Bárbara se acercó a Zoe, y le ofreció su mano para que la niña se levantase. Zoe la miró, todavía algo asustada, con el ceño fruncido y muy recelosa. Pero finalmente extendió su mano, y Bárbara le ayudó a incorporarse. Zoe se levantó, sin apartar la vista de Bárbara y se quedó ahí, quieta, callada, agarrándose el codo con una mano y con la cabeza gacha. Bárbara había previsto que se podía encontrar con la chica que creyera ver al salir del cementerio, pero ahora estaba superada por los acontecimientos y no sabía que era lo que debía hacer. Finalmente tomó la iniciativa.

BÁRBARA – Dime… ¿Cómo te llamas?

ZOE – Zoe.

Al oírla hablar de nuevo, a Bárbara se le erizó el vello de los brazos. No comprendía como una persona de tan corta edad había conseguido sobrevivir sola, y eso le ofrecía una extraña mezcla de curiosidad y admiración. Se la veía tan pequeña, tan frágil y tan inocente, que ahora más que nunca sintió que todo lo que estaba ocurriendo en el mundo era una tremenda injusticia, un castigo desproporcionado para la raza humana. Zoe seguía desconfiada, incómoda, y dio un paso atrás.

BÁRBARA – No tienes nada que temer, solo quiero ayudarte.

Zoe la miró, temblándole la mandíbula.

BÁRBARA – Yo me llamo Bárbara.

Le ofreció la mano. Zoe la miró, le volvió a mirar a los ojos, y acto seguido la acercó lentamente y se la estrechó sin fuerza. Bárbara la agitó amistosamente, mientras trataba de sostener una sonrisa forzada en la boca.

BÁRBARA – Dime una cosa, la bicicleta que hay ahí fuera es tuya, ¿No es cierto?

Zoe asintió lentamente con la cabeza.

BÁRBARA – Me lo temía… ¿Has venido sola?

Solo el silencio le respondió.

BÁRBARA – Debes de ser una chica muy fuerte, tal y como está el patio ahí fuera… Veo que no eres muy habladora…

Zoe seguía callada. Se limitaba a mirarla, sin mover un músculo. Bárbara miró a su alrededor y continuó su monólogo.

BÁRBARA – Veo que has escogido un buen sitio donde pasar la noche. Aquí hay de todo… ¿Sabes? Yo he ido a parar aquí porque te vi ayer por la calle con la bicicleta, y al verla de nuevo junto al portón del supermercado, pensé que estarías dentro… y acerté. Creo que es cosa del destino. Que nos hayamos encontrado, digo.

Por mucho que se esforzaba, no conseguía sacarle una palabra.

BÁRBARA – Yo hasta ahora también estaba sola. De la manera que están las cosas hasta tendríamos que dar gracias de eso. De todos modos, creo que es una suerte que nos hayamos encontrado ¿No crees? Así no hará falta que sigamos estando solas… ¿No te parece?

Zoe seguía mirándola, cada vez se sentía más incómoda.

BÁRBARA – Entiendo que me tengas miedo, yo misma pensé que tu… Bueno… Pero… te prometo que lo único que quiero es ayudarte. Las dos estamos solas, no se me ocurre mejor idea que juntarnos y tratar de continuar nuestro camino juntas. ¿Qué me dices, te apetece venir conmigo?

Zoe subió los hombros, respondiendo sin decir nada. Bárbara ya no sabía que hacer.

BÁRBARA – A ver… Dime una cosa… ¿Dónde están tus padres? Si sabes donde están te puedo llevar con ellos.

Zoe no pudo aguantar más y comenzó a sollozar. Pronto sobrevino el llanto. No es que antes lo hubiera superado, pero tener que asumir la muerte de sus padres ante una tercera persona, le dio la impresión que lo convertía en algo más real. Bárbara comprendió que había hablado más de la cuenta, y le supo mal. Se sintió estúpida, porque tenía que haberlo previsto. ¿Por qué si no estaría ella sola ahí, si no es que había perdido a todos los suyos? Al ver llorar de esa manera a Zoe, supo que no podría dejarla sola jamás, que a partir de ahora se haría responsable de ella, pues visto lo visto, era todo cuanto tenía en la vida, y eso que se acababan de conocer.

BÁRBARA – Per… Perdona. Tranquila, pequeña. Ahora ya no tienes nada que temer, no permitiré que te pase nada. Todo saldrá bien.

Bárbara se acercó a la niña, se arrodilló frente a ella y la abrazó, al tiempo que a ella misma se le humedecían los ojos. Zoe no tardó en devolverle el abrazo. Aunque era una extraña y desconocía cuales podía ser sus intenciones, se sintió comprendida, segura y tranquila. Tener de nuevo un adulto en el que confiar, una persona que cuidase de ella, le hizo sentir de nuevo alguien especial.

comentarios
  1. Roochu dice:

    Me encanta, me encanta, me encanta! No voy a poder parar de decirtelo >.<

    Espero que sigas subiendolo hasta terminarlo y no nos abandones :3

  2. Vicky dice:

    Tengo ganas de saber que les deparará ahora el futuro, ya que están juntas :3
    Sube pronto el 36 ^.^

  3. @Roochu: Dios, santo, muchísimas gracias. Seguiré subiendo hasta el infinito y más allá. Si te gusta y quieres seguir adelante te doy la seguridad que no te va a faltar nunca de nada a este respecto xDDD ¡Voy a colgar el siguiente ahora mismo!

  4. @Vicky: Aunque vosotros estéis familiarizados a entrar, para mi cada nuevo comentario es una ola de impresiones deliciosas, al ver que hay más gente al otro lado (valga la redundancia). Zoe y Bárbara adelante. Como le dije al anterior comenarista, voy a colgar el siguiente ahora mismo. ¡Un saludo!

    David.

  5. Alba dice:

    En la última parte de este capítulo he estado a punto de llorar… He de decir que estoy aprovechando cada rato libre que tengo para leer, me tiene completamente enganchada >__< ¡Me encanta!
    Saludos, una fan 🙂

    • Me alegra que así sea. Esa y no otra es mi intención, que la intensidad de las emociones se imponga al duro contexto de terror y frenesí. ¡Un saludo lady Alba!

      David.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s