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Puerto deportivo de la ciudad de Nefesh
8 de diciembre de 2008
DARÍO – ¡Tira!
Carlos chistó con la lengua y levantó ligeramente el pie del pedal de freno. El conjunto se movió hacia atrás a duras penas unos centímetros, y él volvió a hundir su bota en el freno, temeroso de acabar en el agua. Darío le iba haciendo gestos con la mano abierta, como quien ayuda a aparcar a un conductor inexperto. El instalador de aires acondicionados no las tenía todas consigo y estaba muy nervioso.
Se encontraban en una de las rampas de botadura del puerto deportivo de Nefesh. Tras más de diez interminables minutos de maniobras y de forzar la verja de entrada, consiguieron finalmente introducir el velero y la furgoneta, y ahora estaban bajando lentamente el conjunto por la rampa para poder botar el barco.
DARÍO – ¡Tira, tira, que vas bien!
CARLOS – ¿Cómo tengo las ruedas?
DARÍO – Todavía están secas. Tú tranquilo, que yo te aviso.
Carlos resopló por enésima vez y volvió a hacer retroceder la furgoneta mientras controlaba con el volante que el conjunto no se le descontrolase. Bajo su punto de vista, el barco debía estar ya en el agua, así como media furgoneta.
DARÍO – ¡Sólo un poquito más!
Bárbara se encontraba a la vera de Darío, supervisando la operación pero con un ojo puesto en la carretera que llevaba a ese extremo del puerto, arma en mano. Desde que llegaron no habían visto un solo infectado, ni siquiera ningún cadáver medio roído por el suelo, como era costumbre en los tiempos que corrían. Una vez se hicieran a la mar podrían olvidarse de ese problema durante días, pero hasta entonces no estaba dispuesta a bajar la guardia ni un instante.
Carla y Christian estaban a bordo del velero, junto con todo el material de pesca que habían saqueado de una tienda que había justo al otro lado del paseo marítimo. Tuvieron que hacer una cadena humana para cargarlo todo, y se llevaron tanto que difícilmente encontrarían un buen lugar donde guardarlo en el velero, pero Darío estaba tan emocionado ante semejante hallazgo que no supieron decirle que no. Los dos más jóvenes habían subido al velero justo antes de que éste empezase a bajar por la rampa. Él hacía guardia desde arriba, comprobando que no se acercase ningún curioso a estropearles el trabajo. Carla sería la encargada de alejar a Nueva Esperanza del puerto tan pronto ésta se hiciese a la mar. Darío le había dado las indicaciones pertinentes, y ella estaba a los mandos del navío, muy concentrada en su quehacer.
DARÍO – ¡Vale, vale, vale, páralo!
Carlos respiró aliviado y no dudó un instante en echar el freno de mano. Tiró con tanta fuerza de él que temió que acabaría partiéndolo. Algo intranquilo, levantó con parsimonia el pie del freno, y no fue hasta que estuvo plenamente seguro que el conjunto no se movería que consintió en abandonar el vehículo.
Lo primero que hizo al salir fue comprobar cuán bajo habían llegado en la rampa. Se sorprendió enormemente, pues ninguna de las ruedas estaba en contacto con el agua. Tan solo las del último eje del remolque eran lamidas muy sutilmente por la marea en su ir y venir. Él estaba convencido que al menos el remolque debía estar ya sumergido. Le llamaron la atención unos pantalones medio chamuscados que había flotando a unos metros de la rampa, sobre la superficie del agua, entre otro montón de desperdicios.
CARLOS – ¿No sería mejor bajarlo del todo, al menos el remolque?
Darío negó con la cabeza, convencido de su veredicto. Había participado en alguna que otra botadura en sus tiempos de pescador, y si bien no era un experto en el tema, al menos sí sabía lo que no les convenía hacer.
DARÍO – Esto es más que suficiente. Además, si seguimos bajándolo, las ruedas perderían tracción con el verdín y sería peor. Yo ya he frenado el remolque. Ahora lo que hay que hacer es dejar que el barco se vaya deslizando por los rodillos poco a poco, aflojando este cabo, y… nada. En cuando empiece a flotar por sí solo, alejarlo un poco y… a navegar.
Carlos asintió, y ambos se acercaron a la parte delantera del remolque, desde donde Carlos tendría que ir soltando cuerda hasta que el barco comenzase a flotar. Darío le dio todas las indicaciones necesarias, pero aún así se quedó con él.
DARÍO – ¡Chico! Ya puedes bajar. Y tú, Bárbara, ve subiendo. Yo enseguida estoy con vosotros.
La profesora asintió. Dejó paso a Christian para que bajase por la escalerilla, intercambió dos besos con él, le imploró que cuidase de Zoe en su ausencia, y subió al velero. Carla le guiñó un ojo al verla llegar a cubierta. La profesora sorteó todos los útiles de pesca que habían dejado por ahí desperdigados y se acercó al extremo más alejado de la proa, desde donde tendría mejor visibilidad para abatir a cualquier infectado que osase acercarse.
El velero dio un bandazo que hizo que Bárbara, que estaba más pendiente de la carretera que llevaba al puerto que de lo que ocurría en el remolque, diese con las costillas en la barandilla.
CARLOS – ¡Perdona, Bárbara! ¿Estás bien?
BÁRBARA – ¡Tranquilo! Si ya sabes que yo soy de goma.
Carlos se concentró en su quehacer. Estaba sorprendido, pues la mitad del casco del barco ya estaba por debajo del nivel del agua, y por más cuerda que soltaban, aquella mole no paraba de hundirse. Darío estaba muy serio. El velero fue alejándose poco a poco de la rampa, meciéndose con la marea, hasta que finalmente quedó suspendido. Los gritos de júbilo de Carlos y de Darío pusieron genuinamente nervioso a Christian. El viejo pescador y el instalador de aires acondicionados se abrazaron. Darío se dirigió a su nieta.
DARÍO – Carlita, cariño. Ahora ya puedes hacer lo que te enseñé antes. Y recuerda… muy suave. No hay prisa.
CARLA – ¿Y cómo vas a subir tú?
DARÍO – Coño, me echo al agua y subo por la escalerilla.
CARLA – Pero te vas a mojar.
DARÍO – Tengo ropa seca arriba.
CARLA – ¿Le doy?
DARÍO – ¡Adelante!
La veinteañera del pelo multicolor asintió, y siguiendo las indicaciones de su abuelo, alejó unos metros el barco de la rampa, lo suficiente para asegurarse de que no hubiera peligro de que recibiese ningún golpe. El viejo pescador se despidió de quienes se quedarían en tierra, y sin pensárselo dos veces comenzó a bajar la rampa, empapándose los zapatos, los pantalones y hasta la camisa. En cuanto dejó de hacer pie se zambulló en el agua. Volvió a la superficie y nadó ágilmente hasta llegar al casco.
DARÍO – Está buenísima.
Su nieta puso los ojos en blanco. Ella sabía que el agua estaba helada, pero también conocía el amor que su abuelo sentía por el mar. El viejo pescador desanudó hábilmente el cabo que habían utilizado para botar el barco y le dijo a Carlos que lo recogiese, mientras él se dirigía a la escalerilla.
Todavía empapado de pies a cabeza y goteando, se encargó de desenrollar la vela Mayor, que enseguida se irguió majestuosa. Acto seguido soltó la vela Génova y comenzó un complicado ritual corriendo de un lado para otro moviendo y atando cabos por aquí y por allí que hizo que Bárbara le bendijera por haber consentido acompañarla, pues estaba convencida que ella jamás podría haber aprendido todo eso sólo con unas pocas clases prácticas.
Carlos y Christian se despidieron de ellos agitando los brazos, con el rabillo del ojo puesto en sus espaldas y una pistola en la mano. Pese a que hacía un sol radiante, ya bastante próximo a la línea del horizonte, se había levantado algo de viento, y el velero enseguida empezó a alejarse de la costa a buena velocidad. Ambos se quedaron plantados ahí donde estaban durante al menos diez minutos, viéndolo alejarse hasta que ya no se distinguía más que un diminuto punto en el horizonte. Carlos sintió un cierto remordimiento por no estar a bordo.
Todo ha transcurrido con normalidad a pesar de nuestras mentes cañeras. Yo ya había visto una dramática escena con el barco alejándose y los observadores al descubierto en el puerto. Esta noche más!
A partir de ahora ambas historia se bifucan, y seguiremos las andaduras de Bárbara y compañía. ¿Qué será de los otros? Sorpresa. xD
David.
Sorpresa? No había otra palabra para decir mas que sorpresa???? Menos mal hay un océano que nos separa o te ahorcaría!!! Jajajajajajaja. Dejaría AOLDLV como Canción de hielo y fuego.
Yo digo que los que se quedan se encontraran con los misteriosos de la matanza y el tirador de Chris. Y que pasara en alta mar, en Bayit, con Samuel….
Y Abril y Ezequiel? Y Nuria? Y Carboncillo? Y los huevos sembrados y no vistos? Y los vistos? Y Morgan? Y, sorpresa????
Basta de delirios y ansiedades, la noche se acerca. Oh, por cierto, también el invierno se acerca!
D-Rock.
D-Rock, es inútil tanta pregunta 😢…Ni aunque le torturáramos todos juntos hasta la muerte iba David a soltar prenda ….Con respecto al querido Morgan, sinceramente, siempre he pensado que tal y como lo dejó David, ya tendría que dar un giro muy convincente, muy imaginativo y muy sorprendente a su historia para que me creyera que sobrevivió. En fin, veremos….y lo de Samuel y Ezequiel, uf. Ya tengo ganas de saber de qué van porque me tienen superintrigada.
Saludos D-Rock ! Ya te echábamos de menos por aquí ! Por cierto geniales tus moralejas me encantan así que vamos a disfrutar con tu colaboración en Aoldlr 😉.
Jejeje, sorpresas, misteriosos huevos……… Nos tiene en un sin vivir Lord David, tenemos un montón de teorías pero en el fondo no sabemos nada xD. Como juega con nuestras mentes 😎 !! Pero ahí está la magia de Aoldlv
Saludos a tod@s !!
PD: Mis ánimos también para ti con tu relato, estoy segura qué los vamos a disfrutar en grande !!
Betty
De entre todas las dudas que habéis puesto sobre la mesa, al menos una de ellas se desvelará a muy muy corto plazo, y creo que os sorprenderá y al mismo tiempo os parecerá especialmente previsible. Tan solo a un par de capítulos vista.
Me parece especialmente acertado el comentario de Carol al respecto de Morgan. Siempre me ha llamado, mucho, la atención que la mayoría de por hecho que volverá sano y salvo como si no hubiera pasado nada, y además ignorándoles a voluntad y no haciendo nada por reencontrarse con ellos en la isla. Ya sabéis de qué pie cojeo, y mi obsesión porque todo fluya y tenga sentido y no haya cosas «sacadas de la manga». Sólo yo sé cuál es la resolución, pero lo que está sobre la mesa en este momento al respecto de cuanto vosotros sabéis porque ya ha sido expuesto en la novela, es que estaba vacunado y fue mordido, y… se fue. Dicho esto, también es lícito decir que hay muchas cosas que aún están por desvelar, que pueden corroborar o desvirtuar la previsión de Carol… xD
David.
Carol tiene toda la razón del mundo en pensar que Morgan no puede estar vivo después de tanto tiempo. Además, por lo que dice y no dice David, al pobre se lo van a encontrar transformado en un ser de ojos rojos. Mecachis, yo haría una excepción para crear una historia verosímil de este personaje en la que él hubiera sobrevivido, aunque es muy complicado…
Estaba vacunado, estaba mordido, estaba muy enfermo, se tira al mar… ¿Qué opciones quedan?
Que se lo coman los peces, que llegue a la orilla y muera, que alguien lo rescate y muera…
Que se obre el milagro de que llegue a la orilla y se recupere contra todo pronóstico??!!! Muy fantasioso… ¿Y si nunca fue mordido y aquello era una herida infectada sin más de la cual se recupera una vez después de alcanzar la orilla? ¿Pero entonces por qué no fue a buscar a sus amigos?
Creo que definitivamente murió y lo veremos transformado para cerrar su trama. Si David lo hubiera querido salvar no se hubiera esperado al último tomo… David, lo tendrías que haber salvado en su momento, ese personaje era una joyita, haberte cargado a Marion jajaja.
PD: si Morgan ha muerto, ¿quién es Ezequiel? La opción de que sea Morgan que ha sobrevivido con una falsa mordedura no encaja con lo que David parece querer decirnos…
PD: David, cuando acabes la trilogía te preguntaré algo.
Saludos a todos,
Sonia.
Muy, muy buena reflexión sobre el universo Morgan, lady Sonia.
Con las cartas que hay sobre la mesa, las únicas lícitas para jugar sin hacer trampas xD, tus conclusiones son de un rigor realmente interesante.
Sí cabe decir que tanto lo que él corrobora a Christian como la forma, el tamaño y las marcas de dientes, delatan que sí o sí ha sido mordido. No me gusta jugar al trilero. xD
Han podido pasar muchas cosas desde que se tiró del barco, eso es cierto. Sí es cierto que a tenor de tantos ríos de tinta (píxeles) como suscitó su desaparición temprana, me han hecho reflexionar al respecto. Yo tenía clarísimo que en el equivalente a «el segundo tomo» que en su momento ya era el último, él debía estar ausente, a favor de hacer que los demás integrantes del grupo, ahora que ya «les llevó a buen puerto y redimió sus demonios personales», se volvieran independientes y supieran valerse por sí mismos recordando sus enseñanzas.
Se me escapó en su momento el hecho que no lo he olvidado, y que lo tengo muy presente, y, lamentablemente en lo que a spoilers se refiere, que volverá. El cómo, sólo lo sé yo, el cuándo… no demasiado tarde, en cualquier caso, antes de la mitad del tomo (pero vete tú a saber cuánto me ocupa este tomo xD).
Me llama la atención tu mención a «tendrías que haberlo salvado en su momento». Su desaparición (y mordedura) era una decisión argumental de base, pero me habéis hecho pensar, y mucho. Y quizá precisamente gracias a vuestros comentarios echándole en falta, que me hicieron tenerle más presente pese a haberlo guardado en un cajón como tantos otros huevos, me hicieron encender una bombillita y vi la luz. Conseguí cerrar una parte muy relevante de su arco (que habrá arco, y un segundo capítulo con números romanos titulado Morgan), encajándolo con otro que tenía pendiente, de modo que al sumarse me permitió llegar a una solución global que, aunque tenga abuela, a mi me pareció magistral, y creo que a vosotros os va a gustar muchísimo, al menos eso espero.
Me llama también la atención vuestra mirada escrupulosa a Ezequiel. A estas alturas de la película, me veis venir a la legua, y eso es al mismo tiempo bueno y malo. De Ezequiel sabéis muy poca cosa, y me llamó mucho la atención la primera vez que alguien sospechó que pudiese tratarse de Morgan. Lo único que puedo decir, es que al igual que Olga y Gustavo, que Zoe, que Abril, que Maya, que Arturo mismo, también tendrá su propio capítulo con números romanos, donde se explicarán todos sus antecedentes en la isla y su papel en el tercer tomo.
Al respecto de tu PostData… y a sabiendas que no te responderé a nada que pueda desvirtuar tu experiencia lectora… te invito a que igualmente formules esa pregunta, ni que sea en privado vía mail, aunque sólo sea para saciar mi curiosidad y tener un nuevo dato para calibrar cuáles son las impresiones del lector en aspectos relevantes de la trama, como presumo pueda tratarse dicha pregunta.
Gracias por seguir al otro lado. ¡El sábado más y mejor!
David.
Cada vez que nos anticipas algo de la novela, aunque sólo se trate del tema de un capítulo, me emociono e impaciento a partes iguales.
Morgan se convirtió en imprescindible en el preciso momento en que desapareció. Antes era importante. Luego, mucho más.
Me alegra saber que nuestro afán por él haya hecho que le prepares un arco con un punto extra de cariño, aunque sé que eso no significa que haya un final feliz, simplemente bien atado, como a ti te gusta.
Sin darte cuenta has respondido a mi pregunta, así que toda la intriga que he pretendido crear me la has chafado en un suspiro. Como nos tienes en ascuas, he querido ser un poco malota, pero no me ha funcionado. De todas maneras ya hablaremos de Morgan largo y tendido cuando se descubra todo.
Sonia.
Es muy difícil hablar y al mismo tiempo no decir nada. xD Lo que siempre puedo hacer es poner sobre la mesa todo lo expuesto anteriormente, que quizá haya podido pasar desapercibido o tan velozmente que da pie a elucubraciones fuera de lugar. Confío incluso siendo tan ambiguo y vago, nada de lo que diga sirva para menguar vuestra experiencia.
Me ha llamado la atención esa reflexión, a lo «no sabes valorar lo que tienes hasta que lo pierdes». Me ha parecido especialmente acertada, y con muy buen gusto.
Una de mis principales metas para con esta novela, es que todo quede atado y bien atado, cerrar las tramas individual o colectivamente, dar respuesta a todos los huevos que he ido sembrando, dar un cierre individual a cada personaje o de manera colectiva… que nada quede en el aire. Morgan es quizá el mejor ejemplo, porque pese a haber estado ausente ya por más de 2500 páginas, yo lo tengo igual de presente que el primer día, y no hay decisión argumental que pondere en la que él (al igual que un millón de imputs más) no esté presente para que todo case con suavidad. No es tema baladí que a los lectores algo más veteraos les haya estado mareando a base de bien durante mucho tiempo planteando si el policía podía volver a las letras más tarde o más temprano, incluso antes que acabase el segundo tomo. Pero son tantos los condicionantes previos que deben simultanearse para que pase… prácticamente cualquier cosa, cuando hay tantos frentes abiertos, que en ocasiones, como esta, la demora es inevitable. Por ejemplo: para presentar a Christian antes debía incluir a Morgan, porque era él quien tenía que salvarlo al emperrarse en ir a la prisión. Ese condicionante hizo que en mi escaleta la presentación de Christian estuviese anclada en un momento más tardío. Con la reincorporación de Morgan pasa algo parecido, pero mucho más bestia. Deben de haber ocurrido una serie de eventos previos, que hagan que el momento sea… prácticamente el único. Y de momento esos condicionantes no se han dado en la novela. Pero ya he avanzado mucho a ese respecto.
Llegado el momento de su vuelta, estoy convencido que todos y todas tendréis vuestras impresiones al respecto. Y yo estaré encantado de recibirlas. 🙂
David.
Eres el rey de las tramas bien hiladas, atadas y mostradas cuando toca, por lo que no nos vas a defraudar.
Gracias por todo ello Lord David.
Aquí seguimos en primera fila con lo que nos tengas preparado.
Sonia.
Saludos a Carol, Betty y Sonia.
He escuchado que George Martin tiene pensado hacer un capitulo (o varios?) desde la perspectiva de Hodor. Creo que podría hablarse de una historia desde la perspectiva de un Morgan infectado. Todo puede pasar.
En el hipotético caso que Morgan no estuviera contagiado y que fuera igual que Barbara, abriría nuevas posibilidades a esta receta, pero la forma debe ser sutil, no impuesta a la fuerza.
Medicina natural… Morgan con Abril….. puede ser, pero lo vería mas realista si fuera….. bueno, mejor me lo cayo que puedo dar en el clavo y no quiero echar por el suelo lo que David ya haya pensado para el buen policía.
D-Rock.
D-Rock nos acabas de dar unas opciones muy interesantes, entre todos, en alguna acertaremos, no?
Yo voy a hacerme a la idea que Morgan se convirtió, y si al final no es así, daré saltos de alegría!
Sonia.
Lady Sonia, creo que la mayoría saltaremos contigo si Morgan, por algún milagro del creador David, no esta infectado.
Saludos desde el otro lado del Atlántico.
D-Rock.
Cada vez me gustan más vuestras elucubraciones. No quiero adelantar acontecimientos, y con ello no expongo ni que hayas acertado, lord D-Rock, ni que no lo hayas hecho. No obstante, esa posibilidad, la de ofrecer el punto de vista, incluso visceral y emocional, de un personaje infectado, la contemplé hace mucho tiempo, y si no la he incluido hasta el momento, es por cuestiones de timing del personaje al que quiero hacer portavoz de todo el proceso en primera persona, para dotar de una nueva perspectiva al lector sobre ese gran personaje desconocido: el infectado.
Seguid así, porque yo lo gozo mayúsculamente leyéndoos, y aprendo mucho de vuestras ideas. 🙂
David,